Actualmente, los sectores productivos que registran mayor proporción de emprendedoras están relacionados con vestuario, cosmética, alimentación y comida. El siguiente paso es entrar en campos históricamente dominados por hombres.

En el ámbito del emprendimiento, el estudio Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2022, indica que si se hace una comparación entre hombres y mujeres, el género femenino emprende un 10% menos que el masculino.

En el caso de Chile, esta brecha es mayor: se alza por sobre el 20% según el estudio de Cadem y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, que informa que las pymes representan un 65,3% de los empleos formales, de los cuales un 38,6% están conformados por mujeres.

Para Natalia Espinoza, directora del conglomerado de emprendedores G100, el aumento del interés por emprender en la población femenina radica en que ‘a muchas mujeres, con la maternidad y labores de cuidado no remuneradas, se les hace muy difícil optar por un trabajo formal, y deciden tener algún negocio propio para lograr manejar la autonomía de sus tiempos’.

Por otro lado, según el Mapa del Emprendimiento, elaborado por Spain Startup-South Summit, las empresas creadas por hombres tienen un 10% más de posibilidades de ser financiadas frente a las creadas por mujeres, una limitación importante para comenzar un negocio.

Actualmente, los sectores productivos que registran mayor proporción de emprendedoras por lo general pertenecen a las áreas de vestuario, cosmética, servicios de belleza y estética, artesanía, decoración y muebles, alimentación y comida.

Sin embargo, ‘las mujeres progresivamente están consiguiendo entrar en campos históricamente dominados por hombres, como el sector automotriz, donde en los últimos dos años se ha pasado de una tasa de emprendimiento femenino del 15% al 25%’, comenta la socia fundadora de Inspiratoria, Macarena Salosny.

Además, la presencia de mujeres que realizan investigación en el mundo científico-tecnológico, según datos de la Unesco, ya alcanza el 45%, lo cual supone un gran avance. Asimismo, en el mundo rural las emprendedoras ganan terreno, centrando sus proyectos en el ecoturismo y el turismo de experiencias.

Al día de hoy existen en Chile diversos programas o fondos a los que pueden postular los emprendedores del país, ya sea de entidades públicas o privadas, y muchas de ellos tienen líneas de financiamiento especialmente dirigidas a mujeres, con el fin de dar un impulso al ecosistema femenino de emprendimiento e innovación.

‘Debemos implementar políticas efectivas y ver su financiamiento. Dar apoyos efectivos para el cuidado de los niños, remunerar las labores de cuidado y la flexibilidad laboral tendría un fuerte impacto en equiparar brechas’, plantea la directora de G100, valorando a su vez las reformas que está llevando adelante el país para poder financiar políticas sociales ‘que eleven nuestros indicadores a los de países más desarrollados’.

El rol de la tecnología

Espinoza considera importante destacar que la brecha de emprendimiento entre hombres y mujeres también es salarial,

‘ya que a más de la mitad de las emprendedoras su negocio apenas les da un sueldo mínimo. Es fundamental que estén más presentes en el rubro de tecnología para sumarlas a estas tendencias que permiten proyectar negocios a escala global’.

Marco Terán, director de Desarrollo Digital de la Fundación País Digital (FPD), comenta que en Chile y el mundo se ha consolidado la venta por Internet, que permite visibilizar el emprendimiento femenino. ‘Eso ha provocado que muchas más mujeres se empoderen y vean que es factible crear negocios sostenibles que puedan crecer en el tiempo. Es cada vez más fácil crear una empresa y vender en línea, porque solo basta con conocer y manejar un conjunto acotado de herramientas digitales para poder posicionar un producto, vender a través de una vitrina virtual y ofrecer medios de pago digitales’, afirma.

El ejecutivo resalta que los sectores público y privado han visto estas oportunidades y han realizado acciones al respecto. ‘En el sector privado, especialmente las industrias bancarias y de telecomunicaciones, han creado programas especiales de mentorías y concursos de emprendimiento para apoyar a las pymes en general, pero con un fuerte impulso a las emprendedoras en particular’, cuenta Terán, agregando que, en el caso del sector público, se ha creado una serie de subsidios con cuota de género especialmente dirigidos para dueñas de negocios.

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